Los implantes dentales son una solución segura y duradera para sustituir piezas originales.
Cuando se pierde un diente y no se sustituye por un implante dental, el hueso alveolar empieza a reabsorberse, ya que no está recibiendo la estimulación de la acción de masticar. También pueden verse afectados los dientes adyacentes.
El hueso dental puede perderse debido a factores como una falta de higiene buco-dental adecuada. Las bacterias presentes en la placa y que se introducen por debajo de las encías pueden provocarlo y hacer que los dientes se caigan con facilidad.
También puede deberse a traumatismos provocados por un golpe.
Otras enfermedades como la diabetes, osteoporosis,…, tienen más posibilidades de sufrir la pérdida de hueso dental.
El implante se utiliza para sustituir la raíz que falta y mantener el diente artificial en su sitio. Es como un pequeño tornillo de titanio, por lo general, que se une al hueso de la mandíbula o del maxilar para formar lo que será un medio de retención para uno o varios dientes postizos. También se usa para fijar mejor una dentadura completa.
Porque salud es bienestar, y los implantes dentales brindan comodidad, seguridad, mejora de la salud bucal y apariencia. En resumen, mejor calidad de vida.
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